Como la medida de los ángulos ABC y ABG es la misma, entonces el ángulo GBC mide 0º.
¡Encontramos algo que no tiene sentido! No puede haber un triángulo con ángulo de 0°, como en el triángulo GCB.
Así es! Esto significa que nuestro supuesto de que AC y DF tenían distinta medida era
, pues nos condujo a una contradicción.
Ahora podemos asegurar que el lado DF tiene igual medida que el lado AC. Y gracias al criterio
, los triángulos ABC y DEF… ¡son congruentes!
Para demostrar el criterio ángulo-lado-ángulo, Minerva y Euclides usaron un tipo de razonamiento muy empleado en matemática que se conoce como demostración por contradicción o también como reducción al absurdo.
En una demostración por contradicción se asume que lo que se quiere probar no es cierto y, usando argumentos deductivos, se debe llegar a algo falso, o bien a una contradicción.
Por ejemplo, Euclides y Minerva asumieron que los lados AC y DF tenían distinta longitud, y luego llegaron a algo falso: la existencia de un triángulo con un ángulo de 0°.