Resolver problemas es fundamental en la enseñanza de la Matemática. Todos los conceptos, operatoria y métodos que se aprenden tienen por finalidad permitir resolver problemas matemáticos. Este rol central que se le asigna a la resolución de problemas en Matemática está establecido en las bases curriculares de la Educación Básica:

“Resolver problemas es tanto un medio como un fin para lograr una buena educación matemática. Se habla de resolución de problemas, en lugar de simples ejercicios, cuando el estudiante logra solucionar una situación problemática dada sin que se le haya indicado un procedimiento por seguir”.

Las representaciones visuales son muy útiles al momento de resolver un problema, ya que contribuyen a entenderlo, organizar la información, descubrir posibles estrategias de resolución y esclarecer las operaciones matemáticas que es necesario realizar.
Al resolver un problema hay muchas estrategias que se pueden abordar. Es posible que algunas de ellas no funcionen o nos lleven a errores, pero todas son valiosas, permiten enriquecer la discusión y así profundizar los conceptos matemáticos involucrados en la resolución.
Los errores que surgen al resolver un problema se deben valorar como instancias de aprendizaje. Anticiparnos a ellos, permite identificar errores frecuentes de los estudiantes, prever las posibles dudas que puedan surgir, y así intencionar razonamientos que refuercen los conceptos más débiles. De esta manera es posible generar diversas oportunidades de aprendizaje, acercando al estudiante a las distintas formas de abordar una situación problemática.
Es común que entre todos los cálculos que se realizan al intentar resolver un problema, se olvide el objetivo de este. Es fundamental recordar que debe darse respuesta a la pregunta que se está planteando en el enunciado del problema, para darlo por resuelto.