El uso de las representaciones visuales en la resolución de un problema puede ser una buena estrategia para entenderlo, organizar la información e incluso para darle respuesta.
Es importante tener en cuenta que la elaboración de estas representaciones es una herramienta propia de quien resuelve y por tanto pueden surgir otras igualmente válidas.
Analizar casos más simples de un mismo problema puede ayudarnos a encontrar una estrategia para resolver el problema original. Por ejemplo, la reflexión hecha por Alfonso en donde evalúa cuántos cactus se pueden plantar con 2, 3 o 4 macetas llenas de tierra le permitió descomponer el problema en casos más simples.